Los hermanos Grimm recopilaron y editaron relatos provenientes de diferentes tradiciones orales. Cuentos tan célebres como "Caperucita roja" o "Hansel y Gretel", que originalmente estaban destinados a un público adulto, con escenas de crueldad y personajes despiadados, fueron transformados en narraciones infantiles a través de las que los niños pudiesen aprender valiosas lecciones de vida.