Cada mañana nos desayunamos con nuevas catástrofes, guerras e incertidumbres. ¿Qué espacio cabe reservar para el recuerdo de esta evasión? Gentes sencillas, arrebatadas de sus hogares por oponerse a una sublevación militar, encerrados en un penal infame causante de una alta mortandad, abocados a escapar, acribillados en su huida, y silenciados.
La fuga del fuerte ofrece la fascinación de los acontecimientos épicos, y ocupó las portadas de la prensainternacional antes de caer en el olvido y un interesado ocultamiento. Suscitó más reseñas en el NewYork Times que en la prensa local durante cuarenta años. A la censura le siguió la mala conciencia. Nadie podía sentirse orgulloso de la barbarie desatada: 206 ejecutados en los montes, más 14 fusilados enagosto en la Ciudadela de Pamplona, a los que cabe añadir los 45 fugados que, capturados, falleceríanen el fuerte hasta 1943.
Las vidas de sus protagonistas no debieran caer en el olvido. Conocerlas nos hacen mejores.